Hidromiel: Una bebida vikinga que toman los paranaenses

Uno de sus fabricantes, Matías Fernández nos contó un poco de la historia de la bebida, de cómo es al paladar y cómo la distribuyen en la capital provincial. Todo esto en el marco de la vuelta a las ferias luego de la cuarentena.

El sábado la ciudad de Paraná volvió a abrir varias ferias de emprendedores, las que no se realizaban desde el comienzo de la pandemia.

Una de ellas se llevó a cabo la Casa de la Cultura, donde Matías Fernández, emprendedor local, mostró su producto para la cámara de Enfoque Propio.

La hidromiel que producen llamada “Bjorn”, no es novedosa “es la primer bebida alcohólica fermentada por el hombre”, y su creación en realidad no es más que un hallazgo bien aprovechado, algo fortuito, como en la gran cantidad de cosas que la humanidad disfruta: “Se llenaban de aguas las colmenas de los troncos y fermentaban por las levaduras naturales de la miel y se generaba esta bebida que tomaban mayas, celtas, vikingos, es decir que muchas culturas tiene su fermento de agua y miel”.

Pero esta bebida se modernizó y hoy por hoy tiene un control de calidad y producción importantes. “La que hacemos nosotros junto a Santiago Blestcher es una adaptación más para el paladar moderno, cervecero. Tiene una graduación alcohólica más baja y agradable al paladar”.

Fernández cuenta que Bjorn apunta “al mercado cervecero artesanal, las graduaciones varían, porque tenemos varios estilos. De los 5° grados alcohólicos, como una cerveza rubia normal, a 9° alcohólicos  que tiene por ejemplo una de nuestras preparaciones que lleva un agregado de absenta, que es un licor de ajenjo que la potencia”.

Esta antigua pero novedosa bebida la venden en botellas de 500cc. en ferias a $150, pero baja considerablemente su valor en puntos de recarga. Otro negocio novedoso y práctico, el cliente lleva su envase y lo recarga. También se la consigue en bares de la ciudad. “En valores está igualada a una cerveza artesanal”, dijo Fernández.

Esta bebida compra al que la deguste directamente desde que se la “vuelca” en el vaso, no es necesario siquiera llevarla al paladar para saber que variaciones aromáticas tiene. La de frutilla, por ejemplo, impacta al olfato pero no invade. Tiene un dejo seco y pese a su nombre, no es para nada dulce. Un paladar poco desarrollado, como el de este redactor, podría describirla como un mix entre un espumante y cerveza, que bien fría, acompaña y se siente más a la última bebida mencionada.

@Bjornbebidavikinga conocela.