Comisión que protege el patrimonio paranaense casi no recibe obras para controlar

El arquitecto Juan Fernández confió que hay una Comisión cuyos veredictos no son vinculantes y que lamentablemente se enteran de restauraciones o de construcciones casi destruidas, cuando es tarde. Exigió la creación de cuadrillas para vigilar patrimonio público y privado. Destaca que fortalecer el aspecto arquitectónico hará crecer la inversión y el turismo.

 

Luego de la caída de mampostería de un viejo edificio en Bulevar Racedo en la capital provincial, donde funciona la Dirección de Hidráulica, desde Enfoque Propio surgió la inquietud acerca de quién releva el estado de estas construcciones que en muchos casos están muy deterioradas y pueden causar fatalidades o como mínimo, aunque no es poco, perder la historia de la ciudad sólo porque nadie se detiene o invierte en reparar parte de nuestra cultura edilicia.

El Arquitecto Juan Fernández, representante de la Comisión de Patrimonio de la Ciudad de Paraná dialogó con este medio y dejó en claro que “el rol del Estado, y su deber, es cuidar el patrimonio de la ciudad. Para esto en el Municipio –de Paraná- dicta por ordenanza que haya una Comisión de Patrimonio”, que según precisó “se reúne de acuerdo a las necesidades que vayan ingresando a la Municipalidad”. La misma “está integrada por representantes de la Provincia, Municipio, Colegio de Arquitectos y de diferentes entidades intermedias, cada uno aporta dos representantes”, aclaró.

Lo cierto es que “esta comisión se reúne virtualmente por la pandemia y de acuerdo a las problemáticas vamos trabajando”, pero surge una problemática: “No están pasando las obras por la Comisión. Nada de las privadas y muy poco de las estatales.  Nos encontramos con problemas cuando ya sucedieron, eso nos complica”, indicó el arquitecto.

Arquitecto Juan Fernández

Fernández contó que “la Comisión funciona así, entra un expediente, se lo estudia y da su resolución, pero esta no es vinculante, para el Estado es sólo un consejo, la decisión final es del municipio”, quien además no pasa por este conglomerado de profesionales casi ninguna obra, y es aquí donde se entiende la problemática mencionada.

Además, el proyectista de obras manifestó que esto es un verdadero conflicto para los intereses de la cultura arquitectónica en general, más aun si se tiene en cuenta que “tenemos 365 obras en Paraná de carácter patrimonial, y en la provincia tenemos 685, de las cuales 28 son monumentos nacionales, es una envergadura muy grande de obras patrimoniales”.

Y como si esto fuera poco, hay una idea muy difusa del estado de las construcciones ya que “lo ideal sería tener un catálogo actualizado, pero el último que se realizó fue en 2001, hace 19 años”.

“Las obras que entran al patrimonio, están catalogadas por antigüedad, importancia y estilo de obra. Generalmente tienen más de 40 o 50 años”, destacó el constructor. Pero al parecer no es un ingreso inagotable de expresiones arquitectónicas ya que tienen otra preocupación: “¿Qué es lo que estamos generando hoy en día para que sea patrimonio dentro de 20 o 30 años? Las últimas obras patrimoniales son de la década del 70. Y de ahí en adelante no se ve que en la ciudad se genere la arquitectura necesaria para el patrimonio de mañana”, esto sumado a que no se cuidan, genera un combo que vaticina un futuro negro en la materia.

No hacer, no es la única problemática en cuanto a la preservación de testimonios culturales plasmados en el patrimonio estructural; hacer en forma inconsulta es también un problema: “Generalmente y lamentablemente nos enteramos de lo que pasa con el patrimonio por una foto, un conocido que pasa por una obra que ve que se está interviniendo un edificio nos llama y así llegamos detrás del problema, lo ideal es adelantarnos e intervenir antes de que se haga la obra”, lamentó Fernández quien agregó que “cualquier obra patrimonial, ya sea mínima su intervención, debería pasar por la Comisión y nosotros generalmente hacemos una propuesta de lo que se debería hacer. Por ejemplo, la Catedral –de Paraná- no pasó por la Comisión de Patrimonio y nos enteramos de la obra cuando ya estaban pintando”, y ¿Cuál es el problema preguntará usted? El mismo podría ser en caso de que a una fachada emblemática no sólo de la ciudad sino de nuestro país, quien pinte pueda cambiar el tono de la paleta cromática. Tal es el caso de la famosa Casa de Gobierno, denominada Casa Gris, que de Gris nada le queda luego de la restauración.

Al ser consultado Fernández por los edificios (que revisten interés patrimonial) que él ve en mal estado en la capital provincial, enumeró: “Cementerio Municipal, el Palacio Municipal, muchas viviendas particulares, La secretaría de Turismo, el edificio del Hipódromo y varias áreas del Parque Urquiza”, entre otras tantas.

La solución sería “que el Estado Municipal y Provincial generen cuadrillas de mantenimiento de obras patrimoniales, sería un buen criterio para mantener el patrimonio”.

Pero volviendo al edificio que da el puntapié a esta nota periodística, Fernández manifestó que “el problema del edificio de calle Racedo, donde funciona la Dirección de Hidráulica de la Provincia, es un problema de falta de mantenimiento, no puede ser que por una ráfaga de viento se caiga una cornisa con un balcón y una reja patrimonial, a eso lamentablemente no lo recuperamos más”.

Para que quede en claro para los tenedores privados que evitan presentar sus proyectos a la Comisión de Patrimonio, el proyectista destacó que la misma “no tiene por objetivo trabar expedientes o generar problemas en las obras, nos juntamos seguido, vamos a las obras, trabajamos, nos preocupamos, y queremos el desarrollo y evolución de la ciudad, queremos que las obras pasen por la Comisión y queremos hacer el aporte del conocimiento de muchas personas, para mejorar el patrimonio”.

“Un claro ejemplo de este trabajo es en la ciudad de Córdoba, donde hay una infinidad de circuitos históricos y patrimoniales lo que deja en la provincia un redito económico importante, eso es algo que debemos imitar como provincia y ciudad”, citó al tiempo que anexó: “No hay que pensar el patrimonio como algo solo histórico y cultural, también puede ser algo potencialmente económico para ciudad y provincia. Como ciudad tenemos para ofrecer un río, lindas barrancas y plazas; y el patrimonio histórico importante que tenemos, mucho más no hay, por eso es deber del Estado cuidar el mismo”.