El juez de Garantías extendió por otros 90 días la prisión preventiva del hombre acusado de haber asesinado a su expareja Fátima Acevedo. Mientras que la fiscalía solicitó la elevación a juicio del expediente.

En su fundamentos para solicitar la extensión de la prisión preventiva, la fiscal Viviani recordó que la relación entre la víctima y Martínez estuvo marcada por la «agresión, manipulación y violencia física y psicológica» por parte del acusado, quien intentó arrojarle a la joven ácido muriático a la cara; afiló una cuchilla en forma intimidante, así como otras numerosas amenazas verbales.
Además, la fiscal recordó que desde el 11 de febrero Fátima había recibido un botón antipánico y se había mudado a la Casa de las Mujeres de Paraná, luego de haber denunciado a Martínez por intentar extraer dinero con sus tarjetas de cobro.
También contó que el 1 de marzo a las 8, la joven se retiró de la residencia, tomó un remis y bajó en la casa de Martínez, quien «días previos le prometió, de manera insistente, que le iba a comprar un celular pero que tenía que ir a su domicilio». Y agregó que entre las 15 y 17 se dirigieron hasta un aljibe donde la estranguló y le ocasionó la muerte por asfixia y arrojó el cuerpo al aljibe, según la acusación fiscal.
Viviani también recordó que el imputado intentó manipular el celular de Fátima y en las notas de su propio teléfono creó mensajes «haciéndose pasar por ella donde aseguraba que había dejado Paraná y viviría en otra ciudad buscando una nueva vida». En tanto, el fiscal Dato pidió mantener detenido a Martínez, tras asegurar que los peligros de fuga y entorpecimiento de la investigación «siguen presentes».
En ese sentido, consideró que «está claro que está dispuesto a dar muerte a personas, tiene descaro y frialdad, no le importó ni siquiera la persona con la que tuvo un hijo, y necesitamos que los testigos estén no intimidados, vivos y tranquilos». Respecto a una prisión domiciliaria, aseguró que su grupo familiar «no da ninguna garantía» y que también su madre «dio testimonios inverosímiles».
Por su parte, la abogada querellante María Alejandra Pérez adhirió al pedido fiscal y agregó que «no hay límites en la posible colaboración de su familia hacia Martínez».
A su turno, el abogado defensor no compartió «la interpretación de las pruebas» y señaló que el imputado «va camino a los 200 días de prisión», tiempo en el que «no hubo amenazas hacia los testigos desde Martínez o la familia», por lo que pidió la prisión domiciliaria.
Por su parte, el juez pidió «asegurar que el tránsito hacia el juicio sea lo más limpio posible» y dijo que la posibilidad de fuga y de entorpecimiento son presunciones «lógicas» que se solventan en «los rasgos personales de Martínez, su comportamiento de evasión y la mecánica» de los hechos. Además, remarcó que el hecho «no consistió solo en matar a Fátima, a su vez se escondió el cadáver y esto da un plus de elementos para valorar de qué persona estamos hablando y que está dispuesto a hacer».
Por último, el magistrado añadió que «disponer de prisión domiciliaria «sería un mensaje de desautorización a los testigos y de cómo pensamos afianzar la Justicia». Por eso, ordenó la extensión de la prisión preventiva en la Unidad Penal 1 de Paraná por 90 días más, ya que se tratará de un juicio por jurado que «no se sabe cuándo se va a realizar».