Los barbijos caseros no son efectivos contra el coronavirus

Los quirúrgicos son los únicos que en verdad detienen la entrada del virus al cuerpo porque son de una triple capa de producto textil, pero incluso pueden fallar si no se utilizan adecuadamente. ¿Por qué los caseros no funcionan? ¿Quiénes deben usarlos?


Barbijo casero de friselina. Prácticamente inútil.

Gran cantidad de personas en sus casas han optado por un gesto a destacar: fabrican barbijos para donar a hospitales o para quienes los necesiten. Hay infinidad de tutoriales para hacerlos e incluso algunos recomiendan doblar una servilleta y ponerle banditas elásticas. Sin embargo, por querer hacer el bien, podemos hacer el mal.

Es que los agentes de salud tienen bien en claro que los barbijos que deben utilizar son aquellos realizados por profesionales en la materia, con los materiales y las condiciones de higiene adecuadas, pero el resto de la población (y debido a que inescrupulosos incrementaron el valor de los barbijos) puede exponerse al virus COVID-19 con un barbijo casero, pensando que está tomando medidas correctas.

Una especialista en esterilización remarcó a ENFOQUE PROPIO que la gente en sus casas los fabrica de un residuo de polipropileno no tejido llamado friselina, un material resistente de los que se fabrican las bolsas para transportar los comestibles del supermercado a nuestras casas (es biodegradable), y aunque acepta esterilización a 121°, no es un material para usar en el área de salud ya que “los poros son muy grandes”, y no sirven de barrera para los virus.

La experta indicó que los barbijos quirúrgicos son de una tela especial llamada SMS, que es un producto de polipropileno de tres capas: Spunbond (no despelusa, antiestático), al medio Meltblown (filtro de barrera viral y barrera bacterial) y otra capa de Spunbond, (de ahí su denominación) y que cuando los fabrican “los estamos cosiendo dobles”, es decir, seis capas de protección.

Esta es la tela SMS, de la que se fabrican los barbijos quirúrgicos efectivos contra COVID-19.

La SMS se trata de una estructura textil compuesta por un entrelazado de fibras y o filamentos continuos consolidados por medios mecánicos, químicos, térmicos y sus combinaciones, no dejando poros. Allí reside la vital diferencia.

Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que además de la recomendación de fabricar barbijos con tela SMS, se exigen medidas de salubridad para los espacios y elementos que intervienen en la manufactura: antes de comenzar la tarea y al terminar, lavarse las manos y colocarse alcohol al 70%, no comer, tomar mates, o cualquier otra tarea que no sea estrictamente la de la confección de este elemento, la máquina de coser y la mesa de trabajo deben ser limpiadas con un paño con alcohol al 70% antes y después. Es decir, el espacio físico, el del trabajador y de las herramientas, deben estar a un nivel de esterilización óptimo, casi imposible de lograr en un ambiente que no sea estrictamente pensado y usado para esa tarea.

También hay una gran confusión en cuándo usar o no barbijo y esto se debe a que las redes sociales no están colaborando, ya que los organismos estatales han sido muy claros: No es necesario que lo usen las personas sin síntomas. Deben usarlo personas sanas que tengan contacto o estén al cuidado de pacientes sospechosos de padecer covid-19 o ya diagnosticados como portadores del virus. Usarlo si se tiene tos o estornudos.

Y otra cuestión, el barbijo sólo es efectivo si el lavado de manos es frecuente y hay que aprender a colocárselo, retirárselo y a descartarlo.

Para colocárselo, hay que lavarse las manos y manipularlo de las tiras o bandas. Al retirárselo, hay que descartarlo directamente sin apoyarlo en superficie alguna y lavarse nuevamente las manos.